No hacer caso nunca más.

nunca masNo hacer caso nunca más. Entre todos y todas lo consiguieron….¡¡¡Infecctados!!!

Ellos y ellas, si; aunque quepan muchos más.

Cuando indiquen algo, cuando pidan algo, cuando inciten a algo….Jamás les volveremos a hacer caso.

Precursores de un desastre de límites desconocidos. Anteponiendo sus propios intereses de -no se sabe que- invitaron indiscriminadamente a participar en una manifestación, en dias que todas las crónicas advertían que se venía encima una debacle. En un tiempo que las noticias se derramaban con estadísticas impresionantes sobre el Corona Virus.

En Diciembre del año pasado, o sea 2019, nos llegaba la información sobre un pais, China, que estaba recibiendo un castigo fuera de lo común, debido a un virus que contagiaba y mataba en una carrera imposible de parar a corto plazo. Luego, algo más tarde, ya se veían nuestras barbas a remojar, cuando en otro pais -este vecino muy cercano- Italia, ya cundía la alarma por la rapidez de los contagios. Y a la vez, de las consecuentes defunciones.

Pero ni lo uno ni lo otro, animaron a nuestros dirigentes a tomar decisiones amparadas en frenar la entrada del dichoso virus en nuestro pais. Y la prensa – con total seguridad y sálvese el que pueda- a pesar de manejar informaciones más rigurosas de las que nos hacían llegar, tampoco se atrevieron a usar su poder para que los gobernantes se decidiesen por fin.

Y no conformes con la falta de decisión y, hasta me atrevería a decir de dignidad, aún animaron a las gentes a congregarse en manifestaciones tumultuosas, sabiendo el peligro de contagio que eso conlleva.

¿Esto como se come? Creo en mi humilde opinión, que no debemos hacerles caso nunca más. Que jamás, por muy bonitos que se pongan, debemos otorgarles credibilidad alguna.

Aunque Pedro Sanchez diga a toro pasado, que la orden del confinamiento no tiene colores ni partidos, cuando en su interior sabía que estaba obrando a destiempo, por lo tardío de hacer pública la alarma. Aunque los Ferreras, Griso, Almeida y compañía, animen e inciten a participar en algo, cuando -como no son tontos- debían temerse lo que se podría conseguir en dichas manifestaciones.

Y lo consiguieron. A fe, que lo consiguieron: una subida de infección descomunal, y más muertos de lo que debería ser por regla de vida.

Pasémosle la factura. Una factura que cargue dos impuestos desconocidos hasta ahora: IPFDH. Impuesto por falta de dignidad humana. IPMD. Impuesto por mentir deliberadamente.

Y, para que no se tinte esto de una crítica tan dura, nos remitiremos a la expresión «no hacer caso nunca más» basándola en que la opinión de otros, puede llegar a hacer daño. He aquí las indicaciones para recurrir.